Crece la familia

Siendo dos todo es distinto, y especialmente con el viento. Aunque salimos muy temprano, parecía que el día decidió ser una prueba para la nueva componente de la expedición Mariona. Y fue después de 1 hora de pedaleo durísimo cuando descubrimos que ser dos es una gran ventaja. Gracias a los relevos, el que va detrás consigue ahorrar hasta un 30% de energía y estuvimos cambiándonos cada 3-4 minutos durante los primeros 45 kilómetros. A partir de ahí es cuando la carretera se bifurca (entre Argentina y Chile). La versión chilena, que era la nuestra, tomó un giro de 90 grados y después de un par de repechitos empezó la odisea. Vientos fuertísimos con los que avanzar se hacía una mas que ardua tarea. Pero teníamos excusa para parar, hora de comeeeeer!
Abrimos las tostaditas y las acompañamos de un poco de queso sandwichero. De ese que viene plastificado por lonchas y en las que diferenciar el queso del plástico depende del hambre que tengan los comensales (en nuestro caso, mucha).




Mientras finalizábamos nuestra comida, algo inesperado ocurrió. Al horizonte empezamos a divisar una figura humana encima de una bicicleta. Y lo más raro y único es que iba en nuestra misma dirección, en contra del viento!!! Ese loco se llama Emilio, un chico de Yecla (Murcia) muy buena gente que desde entonces pasó a formar parte de nuestra familia. Juntos rodamos unos 10 kilómetros durante dos horas, hasta que nos rendimos y ofrecí a Emilio y a Nona un curso avanzado de como hacer autostop con bicicleta. A la hora, Emilio emprendía su camino hacia Puerto Natales subido a una pick up de un argentino. A las dos horas apareció Luis, un camionero chileno super amable que iba a buscar ganado a Puerto Natales y ofreció llevarnos a mi y a Mariona mientras nos daba una clase de flora y fauna patagónica. Hablando pasaron las dos horas rapidísimo y Luis nos acabó ofreciendo un viaje a Cerro Castillo para el día siguiente, que era mitad de camino a nuestro objetivo, el parque Nacional de Torres del Paine.



Puerto Natales es una ciudad pequeña, (27.000 habitantes) pero muy bien arreglada que nos gustó mucho así como el campamento Yellow Plum, que su propietario Carlos mantiene en perfectas condiciones. Compramos todo lo necesario y el día siguiente nos levantamos a las 5 para encontrarnos con Luis. Emilio por su parte empezaba ese día sobre la bici y iba a probar de llegar al parque donde nos íbamos a encontrar. Nuestra ruta en bicicleta empezó en el pequeño pueblo de Cerro Castillo, donde nos despedimos de Luis y fue preciosa. Empezamos pedaleando por un valle soleado repleto de huanacos (animales parecidos a las llamas peruanas), emus (la versión pequeña del avestruz), vacas, ovejas y algún que otro cóndor. También llaman mucho la atención las bonitas paradas de autobús de madera.



A los 42 kilómetros llegamos el primero de los bonitos lagos que rodean al parque nacional, el lago Sarmiento.



A partir de ahí, el viento empezó a actuar, (como no) pero no estábamos preocupados ya que solo faltaban unos 15 kilómetros para llegar. En una de las últimas cuestas antes de llegar a Laguna Amarga (donde quedamos con Emilio) le vimos salir batiendo sus brazos de alegría desde dentro de una camioneta. - Que bien! Los 3 lo habíamos conseguido! - Seguimos pedaleando y en poco tiempo estábamos disfrutando de las preciosas vistas de la Laguna con el Paine de fondo.



Seguimos un poco más hasta llegar al camping y a la media hora apareció Emilio. Cenamos temprano y al rato entramos en el parque, donde pasamos la noche. Al día siguiente, nos levantamos temprano y vimos que hacía un día precioso, dejamos las bicis rapidamente con los guardaparques y nos fuimos a hacer un trekking de 30 kilómetros precioso.



El día siguiente la familia creció aún más, mi buen amigo Uri (comunmente conocido como el pesado) apareció por el parque.Nos costó un poco encontrarle debido a la inexistencia de cobertura pero al final lo conseguimos. Celebramos el encuentro con un vino chileno buenísimo y nos fuimos a dormir pensando en el ultimo trekking del dia siguiente antes de coger las bicicletas otra vez. Pero fue sacar la cabeza por la tienda y ver la gran tormenta que las ganas de caminar se desvanecieron y decidimos desayunar tranquilamente, prepararlo todo para empezar a pedalear...
                           

Comentarios

  1. Hi Marc, this is so so so lovely. Lake Sarmiento looks beautiful, and I love reading through every experience you have. Keep 'em coming :)

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    1. Thanks for your kind words! I will keep writing although sometimes its difficult to find the moment :)

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